domingo, 31 de marzo de 2013

Devaluar para cobrar en dólares blue


La agenda mediática de las últimas semanas se basó en estimular y convalidar la especulación cambiaria, a través de las constantes menciones al “dólar blue”. El periodista Fernando Bertello en su nota “Un doble impacto sobre el campo”, nos ilumina con los perjuicios que le implica al sector exportador no poder comerciar en los términos que dicta el mercado cambiario ilegal.
El primer “impacto” que parece “empujar” a los sectores del campo, al lock out, tiene que ver con el dólar paralelo, mediáticamente conocido como dólar “blue”. ¿En qué se basa este mercado cambiario paralelo? En primera instancia, cabe aclarar que la trascendencia que ha tomado a nivel mediático no se corresponde con el tamaño efectivo que posee, ya que los montos que maneja son de aproximadamente 15 millones contra un mercado oficial de 200 millones diarios. El mercado paralelo se rige por la ley de “oferta y demanda” de un grupo reducido de operadores, que impacta, a través de la resonancia mediática en las expectativas de una parte de la población. En otras palabras, lo que implica este libre “juego” -que tantos economistas y políticos defienden a ultranza- es que cualquier hecho que pueda impactar sobre la opinión de los que acuden a este mercado, se vea reflejado automáticamente en los precios con los que opera. Un ejemplo de esto, son las declaraciones de empleados del Banco Piano ante los rumores de una supuesta demanda de Guillermo Moreno de llevar la cotización de “las cuevas” a seis pesos: “Lo único que logra es bloquear las operaciones. Nadie va a desprenderse de los billetes a ese precio sabiendo que la gente esta dispuesta a pagar casi $ 9 por el mismo”. Esto demuestra que un mercado desregulado es el caldo de cultivo de la especulación.
Un mercado ilegal como es el del dólar paralelo no funciona en términos económicos como punto de presión para el gobierno, es decir, no representa una referencia real de lo que “debería” valer efectivamente el tipo de cambio. Esto resulta necesario aclararlo, puesto que desde muchos medios suelen vertirse opinones en torno a un quimérico “sinceramiento” del precio del dólar oficial en relación al ilegal. Por este motivo, las expectativas de devaluación que acompañan a la psicosis del dólar blue, no tienen una base real en términos económicos, sino que son motivadas por las especulaciones de aumentar las ganancias a costa de una tasa de cambio excesivamente alta, las posibles “diferencias” que se hagan en base a esas operaciones de suba y baja repentina, y finalmente, como herramienta de presión para una devaluación del tipo de cambio oficial.
El segundo “impacto” que recibiría el campo sería que, para el autor,  “los insumos del sector entrarían en zona de aumentos”. Y para afirmarlo recurre nuevamente al componente especulativo. Mientras las actividades de importación de insumos se mantengan en el circuito oficial, con las regulaciones existentes y con un precio dólar sostenido y garantizado por el conjunto de la economía, no deberían percibir encarecimientos. Sin embargo, la afirmación hace referencia a las actividades que manteniéndose fuera de la legislación vigente, el llamado “contrabando de importaciones”, operan con el precio fijado por el dólar paralelo. Recurriendo a este mercado, el precio efectivamente sería mayor y esto se terminaría trasladando a otros precios, perjudicando a la economía en su conjunto.
Habiendo desarticulado el “doble impacto” al que refiere la nota, pasemos a lo que respecta específicamente a las medidas que el campo desea implementar. La nota de la Nación cita las declaraciones de Guillermo Villagra, consultor de Openagro: “Los productores evitarán vender granos a menos que sea necesario. Todos prefieren tener granos que pesos. Es más, no sería raro que cuando se liquide la cosecha nueva se vuelquen al dólar, incluso pagándolo a precio blue, lo cual hará que siga subiendo aún más”.
Los precios de la soja en el plano internacional han aumentado en los últimos años, en el 2012 la cotización del poroto de soja, en promedio, pasó de u$s 484,24 en el 2011 a u$s 539,23 en el 2012 por tonelada. Pero la liquidación de divisas se contabilizó en un total de u$s 25.133 millones  y u$s 23.069 millones respectivamente. Incluso está registrado que el 2012 cerró con producción remanente, almacenada en silobolsas. ¿Cuál es la motivación a frenar la comercialización en un contexto de suba del precio de la soja? Las intenciones de aumentar las ganancia especulando con el mercado paralelo y con la diferencia que obtendrían si, finalmente, el gobierno cediera a las presiones y devaluara la moneda nacional. Cabe preguntarse además, qué sectores pueden darse el lujo de dejar de producir y de comerciar sin verse perjudicados.
Si bien, el impacto en el mercado interno no sería el de desabastecimiento -ya que el saldo exportable de la soja es del 95%- desde que existe el Fondo Federal Solidario (FFS) un 30% de los derechos de exportación (soja y derivados) son transferidos a las provincias y municipios para la realización de obras públicas (mejoras de escuelas, hospitales, pavimentación, etc). En 2011 el FFS fue de $6.972,57 millones y en 2012 $7.388,06 millones. En consecuencia, si se frena la comercialización, el desabastecimiento se percibirá en materia de inversión pública, que las provincias y municipios requieren para mejorar las condiciones de vida de la población.
Todo este despliegue mediático al que se suman los referentes rurales y algunos exponentes marginales de la oposición política, intenta lograr consenso social y de esta manera presionar al gobierno para que intervenga y termine por “convalidar” el precio del dólar paralelo.
Lo peligroso de esta tendencia, es que el paso siguiente es la emergencia de respetables economistas que -sobre el consenso de que el “tema cambiario” está fuera de control- aconsejan disminuir el precio del dólar a través de la venta de reservas, lo que pondría nuevamente en agenda la aparentemente “inevitable” necesidad de devaluar.
Nota original:
http://www.lanacion.com.ar/1565439-un-doble-impacto-sobre-el-campo

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