miércoles, 20 de mayo de 2020

Ana Laura

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 · Amigos de Ana
En el grupo de oyentes de futurock se armó un lindo debate sobre medios, censura y pandemia, a raíz de unas huevadas no tan huevadas que se dijeron en el programa Furia bebé. El nivel de fascismo que hay entre la gente que uno supondría un poco más afín a la libertad de expresión es increíble. Recomiendo leer los comentarios. En un par de horas (el programa terminó a las 18) se llenó de publicaciones mayoritariamente de gente decepcionada e indignada con la radio por permitir la aberración de que alguien sin matricula de infectólogo opine sobre el manejo del covid.
Creo que lo ideal sería poder expresar lo que uno quiera en los medios, y más si es con honestidad intelectual. Obviamente que eso no pasa por muchas razones pero la poca libertad que llega a existir a mucha gente también le jode parece. Muchos ahí en el grupo ven como una amenaza a la salud pública o no se a qué que uno se pregunte por ejemplo si hay una real necesidad de que toda la población haga cuarentena vaya a saber hasta cuándo o quizás no sería mejor que se focalice en los grupos de riesgo. Ni idea qué conviene, pero me parece válido preguntárselo. O acaso los gobiernos y los científicos se manejan con un libro sagrado que versa sobre cómo se deben manejar las pandemias? Lo que llaman ciencia es prueba y error, con una pátina de sacralidad. En el programa también se dijo algo así cómo que cuál es la posta sobre el virus, por qué estamos todas encerradas si no es una nieve mortal, y que en general falta más información importante como por ejemplo si son necesarias esas restricciones horribles de no poder velar a tus seres queridos. Bueno en fin, preguntas que estoy segura de que todos nos hicimos en algún momento, profundamente humanas, medio en serio, medio en joda algunas, pero válidas al fin! Lo raro, lo choto sería que ante semejante cambio en nuestras vidas a nadie se le mueva nada adentro, algún rastro de rebeldía aunque una después se muerda y diga bueno sí no da que se yo quiero contar el cuento y siga rociando las latas con lavandina pero por dentro le siga latiendo la duda sobre si no hay mucho que nos están ocultando. Lo que más me interesa del asunto no es tanto las cosas que dijeron en sí (de hecho sobre algunas ni siquiera se si tengo una opinión) sino la forma en la que se recibieron esas aparentes boludeces: al parecer cuestionar la legitimidad de la Medicina, las Leyes o al Estado es leído casi en clave de delito terrorista. Algunos plantearon cosas como que "todo bien con hablarlo entre tus amigos o grupo de militancia pero en un medio no da". No se si estoy de acuerdo con eso. Así funciona digamos, lo rarito o disidente siempre es apartado, pero que ya lo hagamos nosotros de entrada no más? En nombre de la salud pública o de la corrección política o de la memoria de algún colectivo o cualquiera de esas ideas bellas y tranquilizadoras de conciencias? Cuando no tenemos ni ahí la certeza de si vamos a tener un respirador en el caso de que lo necesitemos...? Todo es cuestión de fe al final, pero algunos lo disfrazan de otras cosas supuestamente más legítimas.

miércoles, 13 de mayo de 2020

jueves, 7 de mayo de 2020

EVITA.

Evita fue una hacedora incansable de hechos y obras que tuvieron una profunda repercusión política y que respondía al plan estratégico de Juan Domingo Perón de democratizar el poder. Esa acción se expresó en un doble sentido: Por un lado, la consolidación de la organización de los trabajadores para incorporarlos definitivamente como columna vertebral del Movimiento Nacional y, por el otro, la incorporación de las mujeres a la vida política. Lo primero se concretó mediante el fortalecimiento de las organizaciones sindicales y la creación de la legislación y tribunales del Trabajo. Lo segundo, mediante la ley que reconocía los derechos cívicos de las mujeres.
Pero Evita no se limitó a estos revolucionarios logros, ya que se abocó a una fervorosa labor contra la injusticia y la postergación de las grandes masas populares lo que, sumado a lo anterior, constituyó el sustento de la adhesión de todo un pueblo a un proyecto claro por la soberanía y el desarrollo económico y social de la Argentina. Para ello, creó la Fundación de Ayuda Social, que luego llevó su nombre y que le permitió trastocar la limosna –ejercitada por las primeras damas hasta ese momento-, por la solidaridad y por la justicia social, que ella misma se ocupó de diferenciar en el Primer Congreso de Medicina del Trabajo, que tuvo lugar en 1949: “La limosna humilla, la ayuda social estimula. (…) La limosna deja al hombre donde está, la ayuda lo recupera para la sociedad como elemento digno”.
Con esta filosofía, la Fundación creó en escasos seis años quince hogares escuela para niños abandonados en donde recibían instrucción primaria, desplegaban actividades culturales, artísticas y deportivas y, en algunos, se realizaba la recuperación física de niños enfermos provenientes de todo el país. Se crearon hogares de tránsito para la protección de mujeres solas, con o sin hijos; se construyeron y equiparon numerosos policlínicos y hospitales regionales, algunos con funciones específicas de alta complejidad y absolutamente novedosos no solo en el país, sino en toda América Latina. Se protegió la ancianidad, sobre cuyos derechos se legisló en la Constitución de 1949; se organizó la práctica sistemática y masiva de deportes para niños y jóvenes, el turismo social, la creación de proveedurías y el desarrollo de un plan agrario.
En esta apretada síntesis, hay que destacar el impulso que recibió la educación pública, para lo que se destinó recursos solo superados en otro gobierno peronista: los años gobernados por los Kirchner, lo que permitió la construcción y el equipamiento de escuelas en todo el territorio nacional, provistas con todo el confort didáctico para educandos y educadores. Se financiaron experiencias educativas de vanguardia, como la formación universitaria y profesional de gran número de jóvenes, casi siempre provenientes de hogares humildes de todo el país, que se alojaban en la Ciudad Estudiantil, en donde recibían alimentación, vestuario, atención de la salud, transporte, etcétera.
El reconocimiento del pueblo no se hizo esperar y fue propuesta para ocupar la vicepresidenta de la Nación, en la fórmula encabezada por el propio Perón, en una asamblea popular multitudinaria que constituyó hasta ahora la más clara manifestación de democracia directa. Corría el año 1951 y su renunciamiento sigue siendo motivo de especulación histórica y política.
Lo que no se puede discutir es su fanática adhesión al movimiento político liderado por Perón, basado en una doctrina que recogía los valores nacionales de soberanía, independencia y justicia social, cuyo origen se remonta al Plan de Operaciones, de Mariano Moreno y al Plan para el Desarrollo de Cuyo, de José de San Martín.
En esa adhesión depositó todas sus fuerzas y todo el poder que, desde su lugar de Primera Dama, ella supo consolidar. Era joven, muy joven. Era apasionada, desobediente, transgresora y rebelde y, gracias a esas características de su personalidad, el pueblo argentino vivió días felices.
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miércoles, 6 de mayo de 2020

Después de la pandemia

Mirá hermano, no me vengas con eso de que después de la pandemia habrá que cambiar los hábitos, te quiero ver hasta cuándo vas aguantar en mantenerte con barbijos, tomando distancia, cruzando dos palabras nomás con tus amigos y afectos, sospechando siempre del otro, recluído como ermitaño en plena ciudad, absteniéndote de reuniones con amigos o familiares que te permitieron transitar tu vida con alegría, borrándote de manifestaciones populares, sintiendo como una utopía el compartir almuerzos y cenas, o un simple café que te acercaba al otro para escucharlo y contar la tuya. Te quiero ver rodeado de contactos virtuales y vaciandote de a poco por dentro.

El asesino del zodíaco

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