jueves, 29 de mayo de 2014

Piketty

http://www.latindadd.org/economiacritica/?p=2333

jueves, 22 de mayo de 2014

Un Proyecto democratizador e inclusivo jaqueado por ...la democracia

La democracia nos sirve como herramienta para mejorar nuestra calidad de vida. Ahora bien, para que eso ocurra, a esta herramienta hay que usarla adecuadamente, en todo momento, pero adecuadamente. Me parece. Así como la democracia nos permitió interrumpir un proceso devastador del país, con muertos y desaparecidos, paradojicamente la democracia hoy nos puede dar lugar a la interrupción del mayor proyecto democratizador e inclusivo sociocultural y económico que degustó nuestro país por mas de una década. Y digo esto porque si Cristina Fernandez tuviera la posibilidad de un tercer mandato daría mas garantías de continuidad a esta segunda independencia. Y no por la continuidad en el gobierno de Cristina Fernandez, sino que, ante la fuerte candidatura de esta, la oposición estaría obligada a presentar lo mejor y no a los impresentables, a mejorar su imagen, a clarificar sus propuestas de país soberano o dependiente, a comprometerse claramente con la continuidad de los derechos sociales adquiridos, estará obligada a militar y embarrarse mas territorialmente en toda la extensión de nuestro inmenso país y a descartar el uso intensivo de las cámaras de los canales destituyentes, la oposición estaría obligada a algo fundamental: a reconocer la década ganada. Disminución considerable de la indigencia y de la pobreza, aumento considerable de la clase media, fortalecimiento del Estado, realidad concreta en el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda,al esparcimiento, la importante obra pública, derechos otroramente utópicos como la ley de Matrimonio civil igualitario y la ayuda para embarazadas, etc, etc, etc, ...y etc. En este momento nada de eso sucede, todo es descalificación y bardeo por parte de una oposición amorfa, incapaz, irresponsable y canalla que lo único que tiene en claro, y se aferra fuertemente a eso, es que "ahora nos toca a nosotros". Nuestro inmenso y hermoso país no merece esta oposición. Nuestro país no merece caer en desgracia de nuevo, no merece descender de nuevo.


YPF hoy

Bien por Federico Bernal apuntando contra los canallas que acechan.
"EX SECRETARIOS CON PRESIDENCIABLES DEL NEOLIBERALISMO (¡Y EL SCIOLISMO!). Llevando similar mensaje se pasean ahora por los despachos de los candidatos presidenciales de FIEL, la SRA y los señores Mitre y Magnetto. Por lamentable que parezca, incluso fueron recibidos por Franco La Porta, secretario de Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires y ex diputado provincial por el partido de Francisco De Narváez. ¿Querrán aprender los candidatos cómo exportar gas a precio vil y en detrimento del mercado interno y la ciudadanía? ¿Querrán interiorizarse sobre cómo frenar obras estratégicas para el desarrollo nacional como Atucha II o Yacyretá? ¿Se propondrán tener a mano ex funcionarios que sirvieron de peritos en demandas de empresas extranjeras contra el Estado argentino ante CIADI? ¿Pretenderán repetir el desfalco que significó exportar descuidando la producción y la reposición de reservas, desconectar eléctricamente la mitad de las provincias, dejar a millones y millones de hogares sin gas ni electricidad, tener al dios mercado y al FMI al frente de la Secretaría de Energía?"

http://tiempo.infonews.com/2014/05/21/editorial-124789-una-iniciativa-de-14-puntos-para-el-presente-y-el-futuro.php

sábado, 17 de mayo de 2014

Riqueza no ganada de una elite hereditaria

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-246455-2014-05-17.html

sábado, 10 de mayo de 2014

Inseguridad

EL PAIS › PANORAMA POLITICO

Fácil y rápido

 Por Luis Bruschtein
El documento de la Iglesia sobre inseguridad, el griterío en el Congreso porque no se publicaron los índices, los linchamientos, las promesas de arreglar todo con camaritas y el debate mezquino contra la reforma del Código Penal demuestran que hay un tema del que se habla mucho con más demagogia que interés por abordarlo. Nadie dice lo más importante porque gran parte de la sociedad se enojaría con el que lo hiciera. Es un tema que sirve para atraer voluntades y no para alejarlas. El que dijera que no existen soluciones mágicas, que no es un tema que se arregla de la noche a la mañana, perdería popularidad. Por el contrario, los que se rasgan las vestiduras y claman públicamente dan a entender que ellos lo arreglarían fácil y rápido.
Los índices no son desconocidos. Las últimas estadísticas de Naciones Unidas, de diciembre del año pasado, ubicaban a la Argentina como el país latinoamericano con menor cantidad de homicidios por cada cien mil habitantes. En el continente, esa marca solamente es superada por Canadá y Estados Unidos, con sistemas estadísticos similares, y Chile con un sistema particular y cuestionado. Al mismo tiempo, aparece como el país de la región que tiene mayor cantidad de robos y otros delitos por cada cien mil habitantes.
Los datos para estos índices son provistos por los sistemas de Justicia de cada país, menos en Chile, donde los encargados de hacerlo son los mismos Carabineros, razón por la cual son muy cuestionados ya que les da por debajo, incluso, que los de Canadá. Argentina está en 5,4 (2160 homicidios en el año) y Uruguay un poco por encima de 6 asesinatos cada cien mil personas por año. Para los Carabineros, Chile apenas supera el 1,4 de homicidios por cada cien mil personas al año.
Los índices sobre robos y otros delitos se elaboran sólo con los que son denunciados. Se trata de una limitación, porque la acción de denunciar depende mucho de cómo la comunidad valora las fuerzas de seguridad en cada país. México, Centroamérica o Brasil son países con muy altos niveles de delincuencia organizada, con bandas de maras y verdaderos ejércitos de narcos, y sin embargo sus índices aparecen casi con la mitad de delitos que Argentina.
Las estadísticas en relación con homicidios que difundió el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tienen cifras del año 2008 de Argentina, son viejas. Pero un relevamiento realizado el año pasado con mucho rigor por la Corte Suprema en la Ciudad de Buenos Aires dio índices similares.
Para las matemáticas, 5,4 homicidios cada cien mil personas por año quiere decir que en Argentina son asesinadas alrededor de seis personas por día. En 20 años son más de cuarenta mil muertes. El diario La Nación tituló con ese cálculo. Y a los familiares de las víctimas no les importa el porcentaje, para ellos en particular es como si fuera el ciento por ciento. Sin embargo, para los que trabajan el tema de la inseguridad, para los que tratan de resolver este problema dramático de las sociedades humanas, se trata de una cifra baja. Mejor sería que no se produjera ninguno, pero lamentablemente eso no sucede en ningún rincón del mundo.
En Argentina, estas cifras tuvieron un pico alto en 2002 y un descenso abrupto en 2003. Después siguieron en general con leves declives y ascensos, aunque con marcas más altas que en décadas anteriores.
La Iglesia y la oposición conocen estas cifras. Las estadísticas que se reclaman son conocidas. Porque el reclamo responde más al clima que se creó con la epidemia de linchamientos que al interés por esos datos. Un sector de la política se apropió del impulso de una parte de la sociedad de hacer justicia por mano propia y, para contenerla, la justificó. Pero cuando se justifica la violencia, no se la contiene, sino que se la estimula.
La violencia de la justicia por mano propia aparece como opuesta a la violencia delictiva, pero tienen raíces parecidas, igual que las consecuencias, porque los linchadores se convierten automáticamente en delincuentes como los que quieren exterminar. No son situaciones nuevas. Ya se verificaron cuando una parte de la sociedad justificó el terror desatado por la dictadura.
Sin importar el monto, esas cifras siempre estarán expresando una problemática que interpela en forma dramática a la sociedad. Se puede responder de diferentes maneras: como son bajas, el problema es menor; como son altas, hay que poner bajo control y vigilancia a toda la sociedad. La mano dura policial y judicial es la historia de la seguridad en este país. Es una opción que no ofrece más posibilidades. En general, daría la impresión de que las miradas tradicionales sobre la problemática de la inseguridad han perdido actualidad.
Daría la impresión de que el delito pasó a ocupar un lugar en la sociedad diferente al que tenía en otras décadas. El crecimiento de los robos y otros delitos constituye en todo el mundo un fenómeno de las nuevas sociedades, donde la familia y la educación fueron desplazados a otros roles que los tradicionales, donde los medios, desde la televisión hasta Internet y los videojuegos, han transformado hábitos y valores, construyen nuevos sentidos, generan necesidades y establecen parámetros. Son sociedades donde el consumo de drogas duras como la cocaína, la heroína o el paco se ha masificado, atraviesa a todas las clases sociales y trastoca a su vez comportamientos y reglas de juego y produce nuevos fenómenos delictivos. Son sociedades con una composición diferente a las del viejo capitalismo industrial con sus clases estructuradas. Estas son sociedades más bien fragmentadas en múltiples experiencias, con aportes entrecruzados, donde los conceptos de obrero o de desocupado tienen connotaciones culturales ideológicas muy diferentes a las del siglo pasado. El obrero de una línea de producción fordista del siglo pasado no tiene nada que ver con el que ahora maneja la computadora en una fábrica de automóviles. Son experiencias concretas y saberes que producen relacionamientos muy diferentes. Lo mismo sucede en otros grupos sociales. Son sociedades donde las fuerzas policiales son elefantiásicas, superiores a las Fuerzas Armadas, y tienden a autonomizarse como un territorio aparte y fronterizo entre lo legal y lo ilegal con sus propias reglas de juego de poder, punitivas, supralegales e impunes, con formas paralelas, ajenas y desconocidas para el resto de la sociedad.
En esa maraña de cambios profundos están las causas y motivaciones que todavía apenas se vislumbran, están las explicaciones de que una persona, muchas veces chicos que ni han llegado a adolescentes, dejen correr sus vidas hacia la destrucción propia y de otros. Son sociedades que han logrado avances, pero que nunca podrán ofrecerles lo que les da el narcotráfico, que es lo que requieren para consumir o para existir según los valores que reciben de la sociedad o para construir prestigio según esos mismos valores. Son pautas de vida establecidas por determinados consumos que establecen lo que es vida y lo que no. Son pautas altísimas y elitistas, excluyentes, que presionan por un consumo que ni las clases medias pueden sostener. Esos bombardeos para poseer y sobresalir promueven una forma de “éxito” individualista y antisocial y han desplazado a la familia y a la educación en muchos planos.
Ese bombardeo cultural ya muy extendido, pero esencialmente mediático, triunfante en el neoliberalismo, se origina en la misma sociedad que a la vez estigmatiza a los jóvenes y a los pobres que son el blanco de esa descarga. Es un bombardeo que establece superioridades y jerarquías que reaccionan con violencia cuando se sienten cuestionadas. Eso genera violencia política, como los insultos casi permanentes contra la Presidenta. Todos los han escuchado. Violencia no es disentir con un periodista, sino difundir su dirección para que lo vayan a agredir como hicieron con Víctor Hugo Morales. Cada discurso de Elisa Carrió es una convocatoria a la violencia, es un estilo que llena de odio al que lo escucha, sea opositor u oficialista. Las descripciones exageradamente apocalípticas de la Argentina crean angustia y violencia porque esencialmente son falsas. La corrupción crea violencia, y más cuando es impune, pero la misma o más violencia generan las acusaciones generalizadas que, como todas las generalizaciones, crean falsas imágenes que enfurecen a la gente, o las acusaciones infundadas y demagógicas que producen impactos mediáticos que alimentan esa violencia, aunque después se sepa que son falsas.
El fenómeno de la inseguridad se manifiesta y redimensiona en todo el mundo y por su complejidad solamente puede ser encarado desde muchos enfoques al mismo tiempo. No existen soluciones mágicas ni puede llevar a las sociedades a dar respuestas que las equiparen con los delincuentes. En el caso argentino, esa problemática no llega a extremos de gravedad como en la mayoría de los demás países de América latina, pero se articula con un alto nivel de tensión y violencia política verbal que es amplificada por una poderosa corporación de medios que al mismo tiempo exacerba, repite y multiplica los casos de inseguridad. El origen de esa tensión es la reacción conservadora contra cualquier medida de justicia social.

martes, 6 de mayo de 2014

lunes, 5 de mayo de 2014

La televisión pública

LUEGO DE 11 AÑOS DE POLÍTICAS INCLUSIVAS
EL NUNCA MENOS DE LAS TELEVISORAS PÚBLICAS
Por Enrique Masllorens.
Es trabajosa la construcción de una televisión federal cuantitativa y cualitativamente más grande y mejor. Era de esperar. A pesar de la cuota de ingenuidad que casi todos tenemos y que podía hacernos confiar en algún resto de honestidad de quienes dejaron de ser colegas para convertirse en operadores. O en la vana esperanza de ver reflejada la trabajosa y exitosa construcción de una televisión pública federal cuantitativa y cualitativamente más grande y mejor. ¿Por qué creer que algún sector –y sobre todo de gestión estatal– iba a estar libre de esta guerra declarada por los sectores del privilegio y de las privatizaciones, que buscan recuperar lo que el pueblo argentino ha vuelto a tomar conciencia de que le pertenece y no está dispuesto a perder o retroceder? En estos ataques que no respetan las mínimas convenciones ciudadanas y republicanas de informar con la verdad, con todas las voces y sin ocultar las realidades tangibles. No es imputable al desconocimiento ni a la falta de información lo que el diario La Nación publicó en tapa de su edición de 24 de abril con el engañoso título: "Crece el gasto en medios estatales, pero no aportan más pluralismo". Ni que la oportunidad de esa falaz puesta en escena fue casual.
Se publicó 20 días después de que representantes de 25 canales y señales nacionales, provinciales y universitarias nos reuniéramos en Mendoza en el 11º Encuentro Nacional del Consejo Federal de la Televisión Pública (CFTVP). Las jornadas de trabajo se iniciaron con la teleconferencia en la que la presidenta anunció junto al gobernador Francisco "Paco" Pérez la inauguración de Canal Acequia, el canal público provincial. Y Mendoza tenía desde hacía pocos meses otra pantalla, la Señal U de la Universidad Nacional de Cuyo, en una provincia prácticamente hegemonizada, hasta ese momento, por el Grupo Vila-Manzano.
El CFTVP que se inició en septiembre de 2007 ha sido y es un colectivo único en Latinoamérica y que se desarrolló armónicamente desde los criterios de complementación e integración y que está basado en el verbo que define como ningún otro el derrotero de estos once años de políticas de Estado: incluir.
Esta televisión pública que hace foco en el ciudadano y no en el consumidor viene de una historia que la nota periodística no refleja, ni lo intenta. En 2007 había 14 canales públicos. El 90% eran meras repetidoras de Canal 13 y Telefé y alguno de Canal 9. La mayoría de sus noticieros centrales y entre el 60 y el 80% de sus contenidos provenían por contrato de esas emisoras porteñas. ¿Cuál es el pluralismo de una sociedad, de un medio de comunicación que desde el poder del dinero y los recursos impone visiones, imaginarios, intereses, subjetividades y costumbres a millones de compatriotas que no tenían escapatoria, que estaban convertidos en rehenes? Y que condena al país profundo a la mera descripción paisajística desde un paternalismo humillante, o al escenario de algún desastre natural o asesinato mediatizable.
Bueno, señoras y señores, eso mal que les pese, empezó a cambiar de raíz. Se multiplican los canales y señales públicos, tanto en provincias como en universidades nacionales. Miles de jóvenes y técnicos encuentran que sus saberes y vocaciones las pueden desarrollar en sus lugares de residencia o de estudio. Crecen pequeñas productoras que se asocian con los canales para contar sus cosas y sus historias a sus coterráneos. Los propios canales –empezando por el 3 de La Pampa– se abren a su comunidad para ofrecer pantalla luego de exigentes concursos con jurados inobjetables tanto de la provincia como de otros lugares. Los ciudadanos miran y se miran y por los intercambios son registrados y visualizados por otros compatriotas que empiezan a conocerlos, a identificarse, a latir un mismo sentir. No apto para los fundamentalistas del unitarismo y centralismo porteño.
Y esta diferencia abismal con la televisión que teníamos fue y es posible porque un Estado presente, fuerte y consciente de su rol articulador y no neutral, apoyó y apoya a cada una de esas señales y canales con recursos, equipamiento de última generación, subsidios –que deben ser concursados– para la producción de contenidos locales, con capacitaciones como las que brinda la Televisión Pública o el Sindicato de Televisión. Y con la creciente instalación de la Televisión Digital Abierta, libre y gratuita. Este despertar de las fuerzas creativas, productivas y federales se debe también a lo que plantea la vigente Ley 26.522 de SCA y que obliga a altos porcentajes de producción propia.
En los once Encuentros Nacionales de la Televisión Pública además de crecer en número y calidad hemos expresado nuestros puntos de vista, las propuestas y los logros del sector. Jamás los medios hegemónicos dieron cuenta de nuestras reuniones de trabajo y menos aún la de publicar algo de las once cartas que lleva cada una el nombre de la ciudad donde hemos sesionado. Esa es la visión despectiva, centralista y elitista dominante en algunos medios que cacarean por un pluralismo del que no muestran ni un ápice en sus páginas o sus emisiones. El pluralismo no es sólo invitar a políticos opositores. Ser plural es el reconocimiento de muchos principios, sistemas o realidades, que exceden lo electoralista y que van a lo profundo de la cultura, la identidad y la creatividad inmanente de los pueblos.
Los canales y señales públicos han sentado un precedente, una construcción, una trinchera de dignidad y soberanía de la que no se podrá volver atrás. Es el Nunca Menos de las televisoras públicas sustentadas por sus audiencias crecientes y agradecidas por ser y sentirse protagonistas.
Es que como escribiera Raúl Scalabrini Ortiz: "El Estado brota de abajo, de la muchedumbre y es casi una redención, una creación del pueblo solidario." ¡Nunca menos! -

sábado, 3 de mayo de 2014

LA PÁGINA DE RODRIGO M. HERRERO: "HASTA CUÁNDO", POR DIEGO CAPUSOTTO

LA PÁGINA DE RODRIGO M. HERRERO: "HASTA CUÁNDO", POR DIEGO CAPUSOTTO: “Hasta cuándo” (programa del 21/06/09): http://www.youtube.com/watch?v=yN8HnkPW2U8 Locutor (Arnaldo Pérez Manija): “Qué fresca está la...