Sin peronismo no se puede gobernar. Y es así. Al peronismo le emana el poder desde las masas, sabedoras estas que su apoyo será retribuído de la mejor manera posible a través de una política de reparto equitativo de la riqueza, de una partición, con sentido inclusivo para que nadie quede afuera, de esa enorme torta que nos provee nuestro enorme país. Dar para recibir. Es fundamentalmente en esta lógica redistributiva y de buen mutualismo en que el peronismo construye poder político y la felicidad, con calidad de vida, del pueblo argentino.
En la oposición gorila no vemos nada de esto. En la oposición no hay retorno, no hay devolución de apoyo expresado en las urnas, la oposición siempre se queda con los vueltos correspòndientes al pueblo, la devolución va para los sectores dominantes, privilegiados, sectores en donde la opo construye su poder: iglesia, FF AA, poder económico, financiero, poder judicial y fundamentalmente en la estrella que mas brilla en estos tiempos: el poder de los medios hegemónicos. Sin dejar de contar el apoyo del imperio del norte y europeo, eternos saqueadores que asisten al gorilaje cerril convirtiéndolos en cipayos vendepatrias.
Por esto, el kirchnerismo es peronismo. Y el kirchnerismo tiene un plus: No contiene mayorías silenciosas, todos opinan por todos los medios, a favor y en contra, todos participan de las protestas sin temor a represalias. Tenemos un proyecto nacional y popular, inclusivo y en democracia cuyos beneficios nos tocan a todos y a todas. Demosle continuidad por favor.
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