Asolados y asoladas, absurdos y absurdas, ridículos y ridículas unidos en el teatro misógino de una clase socialmente nefasta y estéril. La permanente conquista de derechos e igualdades, es un goteo que horada sus bienestares y los exaspera hasta el paroxismo. Lo sentimos mucho, pero nosotros, la mayoría, estamos en otra ¿vieron?
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