jueves, 10 de diciembre de 2015

Despedida

De la joven compañera Fiorella Carignano. Una pinturita
"No sé, juro que no sé por dónde empezar. Tengo una mezcla de sensaciones, una dicotomía de sentimientos que no puedo explicar porque nunca, en mis cortos casi 23 años, claramente nunca me paso.
Hoy, a diferencia de aquel diciembre de 2001 en el que sólo era una niña de 7 añitos, se me caen lágrimas de tristeza y agradecimiento al mismo tiempo. 
No sólo fueron 12 años de continuo aprendizaje académico, político, económico, social... Fueron 12 años de aprendizaje moral, de valores, de reivindicación de una filosofía de vida.
Él y Ella me enseñaron con su ejemplo: que cantar el himno con pulmones es de valientes; que portar la banda y tener el honor de ser abanderado no es de ñoño; que todo lo que yo quiera para mi vida tiene una implicancia en el otro, por ello que debo ser responsable y consciente a la hora de decidir; que si tengo que resignar parte de mí para que mi compañero esté un poquito mejor, no se cae el mundo; que no debo olvidarme de dónde vine y ser agradecido por lo que tengo, porque el destino puede devolverme a ese mismo lugar. En fin, la lista es interminable. 
Hoy viendo esa plaza llena recordaba un pequeño acontecimiento que personalmente me marcó: en el Bicenterario de la Patria tuve el honor de representar a la provincia y portar la Bandera aquel 25 de mayo: desfilé con tanto orgullo que el corazón se me escapaba del pecho. Desde entonces prometí que iba a hacer hasta lo imposible para que cuando esa Bandera flameara, todos se sientan inundados de ese orgullo que tan bien sabe.
Ya la escucharon, lo dijo hoy: "somos los dirigentes de nuestro propio destino". No vinimos a este mundo solo a respirar y comer, no. Tenemos el deber de madurar para no caer en banalidades que no suman a nuestra vida. Aprendamos a dar discusión sana a quién realmente valga la pena. Nos aferremos a nuestros ideales de tal forma que a partir de ellos podamos construir y no destruir. Copiemos lo bueno, denunciemos lo malo y aspiremos en grande, tal como Él y Ella nos enseñaron.
Es grande el vacío emocional que nos deja con su partida, pero diametralmente opuesto el empoderamiento que nos regaló con su llegada.
En unos años podré contarles a mis hijos que fui protagonista, en vivo y en directo, de los mejores 12 años de nuestra gran Argentina y de una Plaza de Mayo colmada para despedir a su primer Presidenta mujer. Rebalso de historia y eso, eso NO ME LO QUITA NADIE! 
Que las lágrimas de hoy sean el motor de nuestro accionar como ciudadanos para los próximos años.
Yo me comprometo, ustedes compañeros??
Los abrazo hasta que vuelva Cristina!!!
Hasta la Victoria siempre "

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